Los Violentos lo Arrebatan – Flannery O’Connor

TÍTULO ORIGINAL: The violent bear it away.

AÑO DE PUBLICACIÓN: 1960.

AUTORA: Flannery O’Connor.

«Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.» Mateo 11:12

Esta novela inicia con la muerte del tío de Tarwater, el viejo Francis Marion Tarwater, este joven cuenta con 14 años y ya tiene qué empezar a cavar la tumba para enterrar a su tío abuelo afuera de su finca donde siempre han estado, me imagino que cerca de la plantación de maíz con la que cuentan; en el momento en el que el joven empieza a cavar para hacer la tumba del viejo Tarwater llega un negro llamado Buford Munson y le pide alcohol (un aguardiente o whiskey) el joven Tarwater acepta darle si le ayuda a terminar el hueco donde enterrará a su único familiar, lo que pasa a continuación es una historia vertiginosa en la que el joven muy ebrio empieza a buscar qué camino tomar ya que no quiere cumplir con lo que el viejo toda la vida quiso prepararlo a ser, un profeta, y entre sus recuerdos.

«El viejo, que decía ser profeta, había criado al niño para que esperara la llamada del Señor y estuviera preparado el día en que lo oyera.»

Y es que el viejo Tarwater toda la vida estuvo obsesionado con la idea del bautizo, de la redención y de la vida eterna después de la muerte por eso había dado instrucciones a su sobrino de que fuera enterrado y no quemado ya que cuando Cristo viniera no iba a poder darle la vida eterna, y de que estuviera atento al llamado a ser profeta para que pudiera evangelizar y bautizar a su nieto. 

«¡Profeta con alambique! Que yo sepa, es el único profeta que se ganaba la vida haciendo aguardiente»

Es un poco complicada de explicar en cuanto a los parentescos y a lo que pasa de ahí en adelante ya que el jovencito que tiene el mismo nombre que el tio abuelo, al parecer ese no es su verdadero nombre sólo que el tio abuelo lo quiso hacer prácticamente a su imagen y semejanza, este niño ha quedado huérfano porque sus padres han muerto en un accidente, iba a ser cuidado por su tio (hermano de su madre, que son los verdaderos nietos del viejo) Rayber a quien referencian durante la obra como el maestro, pero el viejo en su obsesión de Jesús y profetas se lo roba y lo lleva a vivir con él a su finca. Rayber intenta ir con asistencia social a sacarlo de allí porque tenía mucho miedo de lo que ese viejo loco quisiera hacer con el niño, que le hiciera daño o que le metiera esas locas ideas en la cabeza pero no lo pudo hacer, el viejo empezó a dispararles y a Rayber le hirió en la oreja y una pierna por lo cual quedó sordo y cojo. Resulta que la tarea que le ha dado este viejo es que tiene  que bautizar al hijo de Rayber que se llama Bishop, el cual es «retrasado».

«En cuanto el muchacho consiguiera mirar al niño a la cara, recuperaría la confianza en su capacidad de resistir el morboso impulso de bautizarlo»

Mientras vamos dándonos cuenta de toda esta historia familiar, notamos que esa obsesión del viejo se le ha metido tanto al joven que él pelea consigo mismo al tratar de demostrarle a todos que para él no es importante eso de la religión, ni de los profetas y que se encuentra muy bien con esto, pero le ha calado tanto en su mente que empieza a vivir como si fuera el viejo, y es muy particular como de manera involuntaria cumple lo encomendado, pero de la peor manera.

Este libro es de gozar y de sufrir en la misma medida, si bien hay episodios muy cómicos y un poco tontos, pero la mayoría son de una tristeza, crudeza y abandonos casi que insoportables, justo en esos momentos duros tuve que dejarlo por un momento y releer haber si había entendido bien. 

«Rayber se sintió aquejado de una rara y escalofriante claridad de juicio en la que se veía dividido en dos: uno violento y otro irracional. El yo violento lo impulsaba a ver al muchacho como a un enemigo y sabía que nada entorpecería tanto su avance en  el caso como ceder a ese impulso.»

Esta historia retrata la soledad y el abandono con el que algunos niños crecieron en ese Sur de los Estados Unidos empobrecido de la época, y lo complejo de la mente humana, de las convicciones y de las herencias e historias familiares cómo tienen el poder de calar en lo que crezca a su alrededor, no de la mejor manera. 

Sin lugar a dudas se merece su lugar de clásico y siempre lo recomendaré con la única advertencia de que debes permitirte amar y odiar al joven Tarwater, y que en lo que vas leyendo debes respirar unas cuantas veces.

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