La biblia de neón – John Kennedy Toole

Autor: John Kennedy Toole.

Primera publicación: Mayo de 1989.

Edición: Tapa blanda. tercera edición 2005.

Editorial: Anagrama.

Número de páginas: 186.

Sinopsis

Tras la publicación y rápido ascenso a la fama más estrepitosa de la conjura de los necios, los críticos y lectores que habían aclamado esa novel -un auténtico «libro de culto» de la literatura contemporánea- comenzaron a oír rumores de que su autor, el suicidado John Kennedy Toole, había dejado otra novela inédita. La noticia fue confirmada por la madre y albacea del autor, pero en una farsa esperpéntica, digna de La conjura de los necios, el manuscrito de La biblia de neón fue objeto de numerosos litigios, hasta que por fin un juez decretó que o bien los herederos encontraban la manera de repartirse la novela -algo imposible-, o bien se autorizaba su publicación y el reparto se hacía sobre el dinero producido por el libro. En suma, una hitoria  que John Kennedy Toole hubiera encontrado digna de su despiadado sarcasmo. David, el protagonista de La Biblia de neón,  es un adolescente que vive en una población miserable del profundo Sur. Una Biblia de neón ilumina el cielo por las noches, y durante el día el fanatismo religioso y la malevolencia hacen estragos en la vida de los ciudadanos. El padre de David pierde su trabajo, no puede seguir pagando su contribución a la iglesia, y esto marca el inicio de una decadencia que les convertirá en parias dentro de la pequeña comunidad. No hay muchas alegrías en la vida de David, excepto de las que llegan de la mano de tía Mae, na hermana de su madre que tras una fantasmal carrera como cantante, y ya con sesenta años, escandaliza a los bienpensantes con su pelo teñido de rubio, sus vestidos de colores chillones y sus decrépitos novios. Tras una decepción amorosa y un sangriento y escalofriante episodio, el joven David se apresta a una nueva vida en otros horizontes.

Portada del libro

Mi experiencia de lectura

El libro como se lee en el párrafo de la sinopsis, consiste en la vida de David, un niño que vive en un pueblo del sur de los Estados Unidos (a veces le llama el valle) con su madre, su padre y su tía Mae. A través de la narración de David evidenciamos algunos hechos de su vida desde que es un niño hasta que alcanza algo más que la edad de 16 años.

Inicia de la siguiente manera«Es la primera vez que viajo en tren y llevo ya dos o tres horas sentado. Es de noche y no veo el paisaje, pero cuando el tren partió, el sol empezaba a ponerse y pude ver las hojas rojizas y pardas y la hierba del color canela en la ladera de la colina.» Por lo que sabemos de entrada es que él va en tren a algún lugar, y por medio del sonido que le produce el traqueteo del tren recuerda que siempre le han gustado los trenes, incluso que cuando era niño tenía uno; a partir de aquí nos empieza a hacer partícipes y testigos de su vida y lo que le determina a tomar ciertas decisiones y a que su vida toma ese camino y por el cual (en cierta medida) está viajando en el tren: «Tras una decepción amorosa y un sangriento y escalofriante episodio…».

A través de la narración es imposible no hacerse imágenes en la mente, algunas muy bellas y tiernas como otras lamentables y que me hacían sentir terrible por él. No se porqué, también le tomé un cariño especial a la tía Mae, me pareció una mujer hermosa pues es una mujer un poco más de mundo y de calle que su madre, pero estuvo con ellos en sucesos fortísimos como la guerra y los vestigios que dejó en la familia de nuestro protagonista, reconfortándolos y acompañándolos. Este niño (y posteriormente adolescente) fue un niño lindo, inocente, tierno, ingenuo, valiente y muy fuerte. Tal vez en el cómo suceden los hechos, uno (como lector) quisiera que no le sucedieran nadie y menos a un niño (los más importantes ubicados en su niñez), pero es la triste realidad que circunda a muchas personas. 

Para adentrarnos un poco en el estilo y calidad narrativa del autor, pienso que es un autor magnífico e imaginar que escribió este libro tan bueno (en calidad estilística, contrucción de escenarios y descripciones) a los 16 años es impresionante; sin caer en el cliché de lamentarnos por morir tan sólo dejando dos obras, de que no haya disfrutado de la gloria y fama que le traerían la publicación de sus dos obras (La Biblia de Neón y La Conjura de los Necios); creo que hubiera hecho un buen trabajo. El hecho de que algunas de sus descripciones fueran tan desgarradoramente reales (hay personas que viven y crecen como David), el humor que a veces se hace visible, que la historia se de en el sur de los Estados Unidos y lo grotesco de algunas de sus escenas; hacen que lo cataloguen como signos del «gótico sureño» que, se dice, tanto admiraba de Flannery O´Connor.

A continuación comparto citas de la calidad narrativa y escritura de este hombre, a mi forma de ver, maravillosa; y si me preguntan si lo recomiendo por supuesto que sí.

Algunas citas textuales

 «El traqueteo no me molesta; es como la lluvia sobre un tejado de hojalata, por la noche, cuando todo está quieto y en silencio y lo único que oyes es el ruido del agua y los truenos.»

     «Podía ver la gran Biblia de neón iluminada en la iglesia del predicador. Quizá también esté encendida esta noche, con sus páginas amarillas, las letras rojas y la gran cruz azul en el centro. Tal vez, la enciendan aunque el predicador no esté allí.»

     «Todas las demás mujeres de mi edad podían mirar por la ventana de su cocina y ver la colada secándose en el tendedero, pero lo único que yo podía ver desde la ventana de mi hotel era un sucio callejón lleno de periódicos viejos, botellas de vino rotas, cubos de basura, gatos y suciedad.» (Tía Mae)

     «Quizá haya valido la pena guardarlo hasta ahora, cuando puedo enseñarte lo pequeño que es tu dolor en comparación con los míos.»

     «Tenían gatitos continuamente, pero yo sabía lo que haría papá si llevaba uno a casa. Una vez lo vi arrojar un ladrillo a un gato que estaba en nuestro patio, uno pequeño al que yo intentaba dar un poco de carne.»

     «De nuevo me ardía la garganta y, de repente, solté el eructo más sonoro que he oído jamás soltar a nadie. La señora Watkins me pegó tan fuerte que mi cabeza se bamboleó sobre los hombros.»

     «Me quedé allí mirándola, y me dio pena ver a alguien antes tan poderoso y que de repente se había vuelto tan débil y asustado.»

     «La orquesta tocaba una canción que yo escuchaba continuamente por la radio, Chattanooga Choo Choo. Cuando vieron lo que hacían tía Mae y su pareja, las otras mujeres retrocedieron, formaron un círculo y les dejaron todo el espacio para ellas.»

     «Era como todas las demás fotos de nuestro periódico. El pelo de tía Mae parecía una nube, y a su espalda había un puñado de hombres de color tocando. En todas las fotografías  la gente tenía la piel oscura y el pelo blanco, fuera cual fuese su color verdadero.»

     «Cuando los soldados llegaban con permiso, se casaban con las chicas del pueblo a las que habían escrito cartas. Muchas chicas que nunca esperaron casarse eran solicitadas por los soldados a los que conocían desde que iban a la escuela y que pasaban quince día de permiso en casa.»

     «Cierto que. aparte de la estatua, no había mucho más que ver. Nos sentamos en la sala de justicia y escuchamos a un juez que hablaba con un hombre de color que, al parecer, le había quitado la mula a otro.»

     «Era una agradable tarde de primavera, como todas las tardes que disfrutábamos en el valle, los jardines de las casas del pueblo se hallaban llenos de flores. La hierba de los patios estaba verde y cuajada de diente de león. La cálida brisa, que siempre olía un poco como los pinos de las colinas, soplaban en las calles.»

     «La primavera era la época en que me alegraba de vivir en las colinas. Todo se movía. La brisa agitaba los árboles, y los animales pequeños jugaban en la hierba y entre los matorrales.»

     «La biblia del predicador estaba encendida como de costumbre. Una vez, durante la guerra, tuvimos en el valle un simulacro de protección contra ataques aéreos, y el predicador discutió con el sheriff porque no quería apagan el anuncio.»

     «Me llegaba desde el pueblo el sonido de los radios a todo volumen. Algunos seguían el partido de béisbol, pero la mayoría escuchaba las noticias sobre el fin de la guerra.»

      «Mamá estaba preocupada por las cartas que recibía de papá, el cual se hallaba en Italia en plena lucha. En una de sus cartas decía que estaba viviendo en una vieja granja que tenía mil años de antigüedad.»

     «Pensé en aquella carta en la que decía que iba a llevarme a ver la playa y las olas cuando volviera a casa y la pequeña parcela desbrozada por papá se hizo completamente borrosa y supe que estaba llorando.»

     «Tía Mae estuvo unos momentos mirando a mamá, y vi lo fatigados que tenía los ojos. Entonces me miró, y allí permanecimos, bajo la única bombilla eléctrica, mirándonos sin decir nada.»

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