Autor: Maria Luisa Bombal.
Primera publicación: Enero 1 de 1938.
Número de páginas: 77.
Edición: Pasta blanda. Editorial universitaria.
Sinopsis
La obra fundamental de María Luisa Bombal puede contenerse en un escaso volumen, del que La amortajada (1938) constituye, sin duda, una pieza central. En esta singular novela se exhibe un universo onírico y mágico, en el que realidad y sueño se confunden. La voz narrativa de una muerta (la amortajada) permite a la autora desplegar la visión de una vida femenina atormentada por el amor, el desencuentro y la imposibilidad de la vida. Representativa de la literatura femenina más importante en lengua castellana, la obra de María Luisa Bombal se sitúa entre las expresiones más puras de la literatura hispanoamericana contemporánea.

Mi experiencia de lectura
Esta obra me encantó. La forma que tiene la autora de narrar y de sumergirnos en la historia es admirable. A cada línea que iba leyendo sentía lo que se narraba, incluso llegué a pensar qué tal si los muertos mientras están en su ataúd pueden vernos y pensar todo tal como lo hace la amortajada.
Nos narra desde el punto de vista de la amortajada las memorias y recuerdos que vienen a su mente de acuerdo a lo que observa, aunque hay algo que la hala y la lleva. El primero que se acerca a verla en el ataúd es uno de sus amores juveniles, Ricardo, entonces desde el momento en que lo ve, retrocede a cuando eran niños y jugaban (sus hermanas o primas) con él, cuando al parecer quedó embarazada de él siendo muy jóven… A demás es la forma, es el cómo está escrito, el cómo está dada la historia para nosotros (lectores) en un lenguaje tan cuidado, con palabras elegidas con cautela, con esa sonoridad y ritmo; pensé que leía esas historias de una manera tan poética y tan seleccionada para que no sea una historia o una ficción más, es esto lo que me hizo querer esta obra desde que inicié su lectura. En ciertas partes de la novela, se siente como si cambiara de ser ella (la protagonista) la narradora a ser otro narrador o narradora, pero en intervalos muy pequeños.

A partir de lo que nos cuenta de su historia con Ricardo, se va llendo más o menos en el mismo sentido, con su hermana, su esposo, su padre, su hija… en sí nos cuenta parte de su historia y de lo que va «pensando» de lo que significa estar muerta.
Al mismo tiempo, iba pensando en la posibilidad de que eso fuera cierto, de que si es posible que mientras asistimos a un velorio el muerto nos observe; en ciertas partes de la narración iba a ciertos lugares y daba la sensación de que visitara a algunos de sus seres queridos, y como si la arrastraran hacia allí… Es maravillosa esta novela, yo creería que no hay palabras suficientes para describirla y contar un poco de que se trata, ya que por ser una novela más bien corta, no es posible dar tantos detalles para no contarla en su totalidad y que puedan leerla y disfrutarla. No sólo por la brevedad sino por su lenguaje.
A continuación les comparto algunas citas para que se animen a leerla.
Algunas citas textuales
» Ahora que la saben muerta, allí están rodeándola todos.»
«La lluvia, cae, fina, obstinada, tranquila. Y ella la escucha caer. Caer sobre los techos, caer hasta doblar los quitasoles de los pinos, y los anchos brazos de los cedros azules, caer. Caer hasta anegar los tréboles, y borrar los senderos, caer.»
«Recuerdo. Me sentía floja, son deseos, el cuerpo y el espíritu indiferentes, como saciados de pasión y dolor.»
«¿Era preciso morir para saber ciertas cosas? Ahora comprende también que en el corazón y en los sentidos de aquel hombre ella había hincado sus raíces; que jamás, aunque a menudo lo creyera, estuvo enteramente sola; que jamás, aunque a menudo lo pensara, fue realmente olvidada.»
«¡Ah Dios, mío, Dios mío! ¿Es preciso morir para saber?.»
«-«Alicia, mi pobre hermana, ¡eres tú! ¡Rezas!» ¿Dónde creerás que estoy? ¿Rindiendo justicia al Dios terrible a quien ofreces día a día la brutalidad de tu marido, el incendio de tus aserraderos, y hasta la pérdida de tu único hijo, aquel niño desobediente y risueño que un árbol arrolló al caer y cuyo cuerpo se dislocó entero cuando lo levantaron de entre el fango y la hojarasca? Alicia, no. Estoy aquí, disgregándome bien apegada a la tierra. Y me pregunto si veré algún día la cara de tu Dios.»
«Levántate para vedarme una vez más la entrada de tu cuarto. Levántate para esquivarme o para herirme, para quitarme día a día la vida y la alegría. Pero ¡Levántate, levántate! ¡Tú, muerta!»
«¡Ah, si los hombres supieran lo que se encuentra bajo ellos, hallarían tan simple beber el agua de las fuentes! Por que todo duerme en la tierra y todo despierta de la tierra.»
«Había sufrido la muerte de los vivos. Ahora anhelaba la inmersión total, la segunda muerte: la muerte de los muertos.»
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