El elefante – Raymond Carver

Autor: Raymond Carver.

Libro: Tres rosas amarillas.

Año de publicación: 1988.

En este cuento, el narrador es el mismo protagonista de la historia quien cuenta una serie de sucesos en los que: su hermano, su, hija, su hijo, su ex esposa y su madre «dependen» económicamente de él; o como el lo dice están dentro de su nómina.

Su hermano, al parecer, esta en banca rota, lo llamó para pedirle prestado dinero porque tenía cuentas por pagar y, según él, estaba esperando un pago; el protagonista le prestó el dinero con el compromiso de que cuando se lo devolviera,se lo diera a su madre para que así el no le tuviera que enviar un cheque, aprovechando que ellos se encontraban en la misma ciudad. De este dinero le devolvió sólo cincuenta dólares y le había prestado más de quinientos.

Su hijo – el único que fue a la universidad – lo amenazaba con robar un banco, suicidarse o convertirse en traficante de drogas cada vez que este (el protagonista) le decía que ya estaba muy grande para trabajar y ayudar un poco con sus gastos.

Su hija estaba casada con un hombre al que no le gustaba trabajar y si conseguía algún trabajo lo perdía por cualquier tontería; a demás tenía dos hijos, y pues a él le daba tristeza esta situación y cómo no ayudarla.

A su esposa debía girarle mensualmente dinero, porque ese había sido el acuerdo de divorcio.

Su madre, una mujer mayor, que dependía de él.

Esta situación lo supera en el sentido en que tiene que hacer préstamos y es una cuota más para cubrir con el sueldo que gana, añadiéndole a esto que su hermano vuelve a pedirle prestado, esta vez mil dólares (con la falsa promesa de un empleo nuevo, la venta de unas tierras…); a lo que accede y hace otro préstamo al banco. Y pasan ciertas situaciones en las que casi todos (los de su nómina) entran en apuros y recurren a él…

Este cuento me gustó mucho porque yo sentía la preocupación del protagonista, me daba rabia que todos recurrieran a él y, que a pesar de todo, el siempre les ayudaba (aunque nadie se acercara a pensar en él o ponerse en el lugar suyo); y porque el final es muy diferente a lo que uno esperaría – que se arregle su situación – decidió no preocuparse tanto…

Una cita textual

     «Pensé que, a fin de cuentas, todo podía ir mucho peor. En aquel momento, por supuesto, las cosas estaban mal para todos. La suerte nos había dado la espalda, eso era todo. Pero las cosas iban a cambiar pronto. Las cosas empezarían a arreglarse quizá en otoño. Había muchos motivos de esperanza.»

Lo recomiendo mucho.

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Audiocuentos: https://www.youtube.com/watch?v=CVRTkuoAyV8

Reseñas: https://www.youtube.com/watch?v=7xUoQRvD9nE&t=203s

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