
Dentro del libro de Javier Marías Vidas escritas, en el capítulo Ivan Turgueniev en su tristeza, traigo las siguientes citas:
"Turgueniev hubo de sufrir a lo largo de su vida el frecuente odio y desprecio de sus compatriotas, quienes veían en él a un Ruso anómalo, occidentalizado y distante, ateo y frívolo, que pasaba demasiado tiempo en Francia, Inglaterra o Alemania, ocupado principalmente en cazar perdices."